La cuestión de los motivos de la operación no debe plantearse realmente a Rusia, ya que no fue ella quien la eligió. La operación ha estado provocada por las siguientes circunstancias:
- Los incesantes ataques de Ucrania contra la RPD y la RPL (donde, por cierto, viven casi un millón de ciudadanos rusos);
- La continua expansión de la OTAN hacia el este;
- La declaración del Presidente Zelenski sobre la posibilidad de retirarse del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (Memorándum de Budapest).
El verdadero gestor de este conflicto ha sido, sin duda alguna, otro país, concretamente Estados Unidos. Por un lado, es bien sabido que el gobierno ucraniano está subordinado a Estados Unidos. Por otro lado, Estados Unidos es el único beneficiario evidente del conflicto, ya que no ha ocultado su deseo de interrumpir la apertura del Nord Stream 2. Como vemos, todo cuadra: este conflicto fue organizado desde el principio hasta el fin por el imperialismo estadounidense, sus satélites de la OTAN y el régimen nacionalista títere ucraniano. La respuesta militar de Rusia ha sido totalmente moderada y hasta ahora de carácter defensivo.
Muchos basan sus críticas a la intervención en un análisis del discurso de Putin del 21 de febrero, por anticomunista. Déjenme explicarles. No hay duda de que Putin es anticomunista, como cualquier otro político burgués. Pero hay una diferencia entre el anticomunismo del régimen de Moscú y el de Kiev. Este último pone de forma deliberada, sistemática y rigurosa el anticomunismo en el centro de la identidad nacional. La diferencia es la misma que existe entre el gamberrismo y el gangsterismo.
Además, este discurso de Putin tampoco contiene nada particularmente anticomunisma. Sí, se refiere a Lenin como «autor y arquitecto» de la Ucrania soviética con un tinte de condena, pero el propio Putin es explícito: «No estoy culpando a nadie ni a nada ahora, la situación del país en ese momento y después de la Guerra Civil, en la víspera, era increíblemente difícil, crítica». Es sorprendente cuando un anticomunista conservador (con una visión bastante estrecha) entiende la dialéctica histórica nucho mejor que los marxistas-leninistas que se comprometen a desenmascararlo.
Putin continuó diciendo desafiantemente: «¿Quieres la descomunistización? Bueno, eso está bien para nosotros. Pero no hay que detenerse a mitad de camino, como se dice. Estamos dispuestos a mostrarles lo que significa la verdadera descomunistización para Ucrania. Parece una franca admisión de anticomunismo. Sin embargo, para cualquiera que esté familiarizado con el tema, es obvio que aquí Putin no habla de su (verdadero) anticomunismo, sino que sólo «trolea» a los nacionalistas ucranianos (literalmente, antes habla con evidente desaprobación de su demolición de los monumentos a Lenin). Se puede, por supuesto, tomarle la palabra, pero este es un nivel de análisis infantil.
Los objetivos de la Operación Especial también se declaran abierta y claramente: «protección de la población pacífica de Donbás, reconocimiento por parte de Kiev de la RPD y la RPL y de la soberanía rusa sobre Crimea, desmilitarización y desnazificación del Estado ucraniano, asegurando su estatus neutral y no nuclear”.
Ahora díganme, ¿cuál de estos objetivos es injusto o reaccionario?
Por supuesto, si Ucrania se niega obstinadamente a satisfacer estas justas exigencias, será completamente derrotada, y entonces la burguesía rusa no dejará de añadir más condiciones sobre la base justa y lógica. Esto es exactamente lo que el régimen fascista y militarista de Kiev está llevando a su país. Su insistencia en librar una guerra injusta es una verdadera traición nacional. Todas las fuerzas progresistas deben exigir que el régimen de Zelensky acepte inmediatamente condiciones justas y ceda ante la paz.
¿Cuáles serán las consecuencias del éxito de las Operación Especial? Por supuesto, no se habla de un progreso inmediato hacia el socialismo ni de la instauración de ningún régimen «popular». Los ingenuos que denuncian el imperialismo ruso y el capitalismo de la RPD y la RPL están pisando sobre mojado. Esto no es lo que estamos hablando en absoluto. Por supuesto, los capitalistas rusos se mueven por el afán de lucro, pero ahora sus intereses han coincidido temporalmente con los intereses inmediatos del proletariado y del pueblo. En primer lugar, la opresión nacional en la región se reducirá considerablemente. En segundo lugar, caerá el régimen neonazi. En tercer lugar, la expansión de la OTAN se detendrá y se invertirá en parte. Todos estos cambios serán buenos para la seguridad y la paz en la región y para el desarrollo del movimiento socialista.
Lo último que hay que mencionar aquí es teórico «movimiento de paz» ruso. Lo primero que hay que entender aquí es que no es un movimiento verdaderamente popular, está dominado por liberales que le dan un sesgo anticomunista y pro-OTAN. Al participar en este, los comunistas están perdiendo la verguenza. En segundo lugar, su exigencia del fin de la intervención militar significará la clara capitulación de Rusia, la entrega del Donbass a los neonazis, los preparativos para la inminente entrega de Crimea y una imparable ofensiva de la OTAN. Bajo el lema «por la paz» existe de hecho un movimiento a favor de la guerra imperialista. Y si se plantea la cuestión de convertir una guerra imperialista en una guerra civil, de repente resulta que estos hipócritas «no están preparados» y sugieren que los pueblos del mundo deberían simplemente esperar hasta que sean lo suficientemente fuertes.
Pero cuando te atacan los bandidos, ¿no llamas a la policía burguesa, en lugar de relajarte y esperar la revolución socialista? Sé adecuado y aplica la dialéctica marxista, ¡por favor!